Me parecía absurdo no haberlo hecho mucho antes,
así que, si aún podía tener más ganas de intentarlo,
las tuve.
Los medios, mis condiciones, límites y otras fronteras que podían haberme frenado, no lo hicieron.
Lo intenté, volví a sentir la música en mis dedos.
Así con todo...
cada mañana me despierto y pienso la de cosas que tengo que hacer en ésta, mi vida.
La de pequeños y aparentemente insignificantes retos por enfrentar y superar.
Atrévete, nada es imposible.