28 de febrero de 2011

Infinitos aires he podido respirar.
Infinidad de melodías.
Sensaciones que mueven y revuelven.
Pensamientos y otras muchas revueltas.


Una frase me persigue durante horas, 
durante días.
Como el estribillo de esa canción que te machaca.
Una idea, una expresión, una esencia.
Una bombillita que se enciende
e intento no se apague.


¡Qué bonito vivir sintiendo que vivimos!
¡Qué bonito vivir consciente de lo vivido!
¡Qué bonito poder vivir, disfrutando ya de lo que viviré!




En mis primeros escritos comenté la dulce vibración de la ventana de mi cuarto, que cada mañana me hacía despertar con menos paciencia. Hoy, después de cinco meses, he descubierto la solución.
Puse la mano en el cristal y pensé: vale, es ésto lo que vibra...¿por qué? Porque esta separado de la madera... ¿qué hago?
La solución era tan fácil como poner un papel doblado entre el cristal y la madera. (Como haces tu, papá, con cada mesa de restaurante que cojea)
Después de hacer ésto, me quedé de pié, observando la ventana, satisfecha y sorprendida.
Qué fáciles son a veces las cosas, y cuánto tiempo tardamos en descubrir la solución...


:)










Pongo por aquí una de las de cada día, para recordar y escuchar siempre a los grandes.


"Y es que no hay nada mejor que revolver el tiempo con el café.
Y es que no hay nada mejor que componer sin guitarra ni papel"
Antonio Vega.



14 de febrero de 2011

Bu.

Ni la voz más ronca
o la más seca...

Ni la voz más áspera
sería capaz de sacar de mi cuerpo
con un sonido lo que siento.

Ruido, más que sonido.
Crujido, más bien.

Ni la canción más alta,
o la voz mas fuerte.
Ni el dolor de la madera que cruje,
o el caramelo que se rompe.

Ni el recorrido de un vaso de cristal
que, lentamente, cae
y más tarde, se rompe en mil pedazos.
Ni el sabor más amargo
o la lluvia más intensa,
serían capaces.

8 de febrero de 2011

Infusión y galletas.

Así es la vida.
Un día te ves comiendo galletas de chocolate,
todo tipo de regalices y dulces a su lado.
Un día te ves volando alrededor de la luna con ella,
pidiéndole que nunca se fuera.

Otros estás en casa,
con una infusión,
una simple y amarga infusión.

Las palabras no bastan,
no salen fácilmente.

Es hora de ponerle miel a la infusión.
Es hora de recomponerse,
de sonreír a los sabores amargos,
a los días tristes.

Es hora de intentarlo.

4 de febrero de 2011

Tiempo pequeño.

Qué rápido has llegado.
Qué rápido vas pasando,
amigo mío.

Que ayer venías hecho,
venías planeado.

Hoy no se puede esperar nada de ti.
Hoy mis pasos deciden cómo usarte.
Pero eso de que pases con tanta prisa...
No acabo de acostumbrarme.

Somos lo que creemos.
Creemos en lo que somos.
Somos lo que pensamos,
lo que sentimos.

Somos lo que somos.
Y hoy, a 20 años de haber conocido
el olor del mundo al que ella me trajo,
soy lo que he querido ser:
Una niña en un cuerpo de mujer.