1 de febrero de 2012

Ellas.


Les encanta el agua,
pero no tanto como la luz que entra por mi ventana.
He decidido cambiarles el nombre y llamarlas:
tortugas de sol.

Tiene el caparazón más oscuro,
aunque creo que sólo lo aprecio yo.
Con círculitos bien marcados.
No come desde que vive conmigo...
Están hibernando, por lo que no debería preocuparme.

Pero es que.... ¡ella si come!
Es más clara y no tiene círculos.
Es una suicida fugitiva al borde de su "tortuguera".

Ellas son, respectivamente,
Isidora y Manuela, mis nuevas compañeras.


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