3 de mayo de 2012

No creo en los días inciertos.

Aquí, al otro lado del mundo,
donde todo parece
tan sumamente absurdo.

Aquí, donde la libertad
no corre por las paredes de este cuarto.

Donde la creencia de algo
mínimamente fiable...
no existe.


Crecemos en un círculo vicioso
de facilidades y comodidades varias.

Nos acostumbramos a nacer en lo más alto y,
como no, es inimaginable descender.

No podemos sobrevivir
en un mundo simple, sencillo.
Sin criticas a lo que consideramos "distinto".
Nos complicamos demasiado.

No le veo el sentido.
No puedo entender que
las miradas puedan  a veces incluso cohibirnos.


Recurramos a lo pequeño.
Salvémonos con sonrisas
y caricias que puedan salvar este recuerdo.

No huyamos del miedo.
Llevémoslo dentro
pero no como un tormento.

No dejemos que el viento
sea tan fuerte que nos corte las alas,
trabajémoslas para hacerlas fuertes.

Miraré mis dedos cada mañana
y los enredaré en mi pelo,
sin más cobijo que el que
cada día me dará este cielo.

Miraré por las ventanas de mi casa
y sentiré que se acaba el aire,
que se me escapa.

¿Por qué dejar vivir a un cuerpo
toda su vida preso de su silencio?

Corre,vuela.
Nace de nuevo.

No creo en los gatos muertos.
Su maldita suerte me parece un cuento.
No creo en el azar
ni en los días inciertos.

Creo en que el día de hoy
construirá mi mañana
si consigo quitarme las sábanas
y saltar de la cama.

Creo en un día alegre
si consigo sonreír
antes de llegar al espejo y verme.

Creo en una semana feliz,
llena de pequeños momentos placenteros,
si soy capaz de dormirme bien cansada.

Creo en una vida bien vivida
si soy capaz de vivirla
para y conmigo misma.
Con y entre la gente.
A favor...
y a contracorriente.

3 comentarios:

  1. Buf! Me encantaaaaaaaaaaa!! Soy tu fan number one!!

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  2. Poetisa mía, qué bonito, qué bonita.

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  3. Mar, me encanta, que suerte poder tener el don de expresar a través de la palabra lo que pasa en tu interior. Besitos Conchi

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