9 de junio de 2014

Crecer contigo.

Tú y yo nos reímos del mundo aquella tarde.
De sus prejuicios
y sus malas lenguas.

Limpiamos nuestra casa,
la que un día fue tan sólo nuestra.
Sacamos la basura.
Y todo,
absolutamente todo,
quedó tan pulcro...

La suerte de tenerte en mí
como eterna acompañante,
hace que me sienta grande.

Guardarte en mí,
con la confianza
de que jamás te irás.

Quererte así,
sin reproches.

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