Silencio.
Era lo único que se escuchaba
en esa cama fría,
oscura.
Un descanso.
Detente.
Frena.
Camina con los ojos cerrados.
Sin miedo.
Supérate a ti misma.
Siente, escribe y cuenta
cada instante del día.
Una sonrisa
perdida entre las prisas
de una calle peatonal
en pleno invierno.
Frío diciembre.
Detente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario