10 de abril de 2011

Enrisoñarse.

Para entenderme
y conocerme más de lo que yo te cuento...
lee comprendiendo.
No pases la vista por estas palabras
como si leyeras un anuncio en el periódico.
Siéntelas en su contexto,
despacio,
búscales sentido.





Cada gota de aire,
cada bocanada de lluvia.
Cada trozo de sol,
y reflejo de nubes.

Cada dolor de risa,
cada alegría de llanto.
Cada color de cada mal gesto
y oscuridad de cada beso.

Contradicción y ambición.

En un día parecen faltar horas para sentir.
Es posible que durante meses te sobren,
seas inmune de pronto a las palabras.
O incluso lo sean ellas a ti.

Los vaivenes de la vida me transforman,
me inspiran, me trastornan.
Me trosofocan, me enrisueñan)

(Sí, también es la primera vez que escucho esas dos palabras que acabo de escribir. Con ellas acabo hoy.)

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