El sí y el no.
Este problema lo tenemos todos los que somos como tú y como yo.
Indudablemente “bipolares”.
Irrefutablemente pensadores de lo impensable.
A lo que no se le puede dar más vuelta,
se la damos.
No logramos poner tregua,
ni descanso.
La cabeza piensa más de lo que creía poder hacerlo,
El corazón empieza a andar por rincones aun no descubiertos.
Nos volvemos locos,
nos enloquecemos volviendo al pasado
y a esas preguntas que a veces es mejor no plantearnos.
Siempre tuve tantas ganas como miedo.
Me gusta, me identifico
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