28 de febrero de 2011

Infinitos aires he podido respirar.
Infinidad de melodías.
Sensaciones que mueven y revuelven.
Pensamientos y otras muchas revueltas.


Una frase me persigue durante horas, 
durante días.
Como el estribillo de esa canción que te machaca.
Una idea, una expresión, una esencia.
Una bombillita que se enciende
e intento no se apague.


¡Qué bonito vivir sintiendo que vivimos!
¡Qué bonito vivir consciente de lo vivido!
¡Qué bonito poder vivir, disfrutando ya de lo que viviré!




En mis primeros escritos comenté la dulce vibración de la ventana de mi cuarto, que cada mañana me hacía despertar con menos paciencia. Hoy, después de cinco meses, he descubierto la solución.
Puse la mano en el cristal y pensé: vale, es ésto lo que vibra...¿por qué? Porque esta separado de la madera... ¿qué hago?
La solución era tan fácil como poner un papel doblado entre el cristal y la madera. (Como haces tu, papá, con cada mesa de restaurante que cojea)
Después de hacer ésto, me quedé de pié, observando la ventana, satisfecha y sorprendida.
Qué fáciles son a veces las cosas, y cuánto tiempo tardamos en descubrir la solución...


:)










Pongo por aquí una de las de cada día, para recordar y escuchar siempre a los grandes.


"Y es que no hay nada mejor que revolver el tiempo con el café.
Y es que no hay nada mejor que componer sin guitarra ni papel"
Antonio Vega.



No hay comentarios:

Publicar un comentario